Gestión y Competitividad

¿Cómo pasar de una gestión de TI reactiva a una proactiva?

Antes que nada, vamos a repasar que es la gestión reactiva y proactiva de TI, así como algunas situaciones en cómo utilizamos la gestión de TI y por último unas recomendaciones que nos permitirán realizar el cambio de una gestión reactiva a una proactiva.

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¿Qué es la gestión reactiva?

Es una estrategia de gestión de TI que se enfoca en reaccionar ante los problemas que ocurren en la infraestructura de TI. En este enfoque, los problemas se tratan solo cuando ocurren, y se busca una solución lo más rápido posible para restaurar la funcionalidad del servicio. Este enfoque no tiene en cuenta la prevención y no se dedica tiempo a analizar las causas fundamentales de los problemas para evitar que vuelvan a ocurrir en el futuro. Podríamos decir que la gestión reactiva de problemas es útil en situaciones de emergencia cuando un servicio se cae o deja de funcionar. Sin embargo, puede ser costosa y puede llevar a tiempos prolongados de inactividad o a problemas recurrentes debido a la falta de intervención preventiva. 

¿Qué es la gestión proactiva?

Es una estrategia de gestión de TI que se centra en la prevención de problemas y en la identificación temprana de posibles problemas antes de que se conviertan en fallos importantes. Esta estrategia implica la implementación de procesos y procedimientos para monitorear y analizar continuamente la infraestructura de TI con el fin de detectar posibles problemas antes de que afecten a los usuarios y al negocio. La gestión proactiva de problemas es esencial para garantizar la disponibilidad y el rendimiento de los servicios de TI, reducir los tiempos de inactividad y mejorar la satisfacción del usuario.

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¿Utilizar una gestión de TI reactiva o proactiva?

La gestión de TI reactiva y la proactiva son dos enfoques contrastantes en el manejo de la tecnología de la información en una organización.

La gestión de TI reactiva se centra en resolver problemas en el momento en que se presentan. El enfoque es tratar de mantener en funcionamiento los sistemas y servicios tecnológicos existentes en lugar de planificar, prever y prevenir los problemas antes de que sucedan. Este enfoque implica una visión más limitada, ya que solo se ocupa de las necesidades inmediatas y no considera los problemas futuros. Los sistemas se reparan solo cuando fallan, lo que puede impactar en la eficiencia de la empresa y el desempeño del equipo de TI.

La gestión de TI proactiva, por otro lado, está diseñada para anticipar y prevenir problemas y, en última instancia, mejorar el rendimiento y la eficiencia. Este enfoque se basa en la colaboración y la planificación anticipada para asegurar que los sistemas estén actualizados y alineados con los objetivos de negocio. Con una planificación anticipada, se asegura que los sistemas estén ajustados para optimizar sus funciones y reducir los riesgos posibles.

En resumen, tanto la gestión reactiva como la gestión proactiva tienen sus beneficios y desventajas. Sin embargo, la gestión proactiva es generalmente más efectiva a largo plazo. La gestión reactiva puede funcionar cuando se trata de problemas inesperados o emergencias, pero habitualmente no es suficiente para mantener un sistema eficiente y actualizado.

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Recomendaciones para cambiar de una gestión de TI reactiva a una proactiva

  • Identificar y documentar los problemas comunes: Para ser proactivo, es importante identificar los problemas comunes y documentarlos de manera adecuada. Al hacerlo, podrá determinar las causas fundamentales y desarrollar soluciones para prevenirlos.
  • Desarrollar un plan de mantenimiento preventivo: Un plan de mantenimiento preventivo programado puede aumentar la vida útil de los sistemas, evitar averías y ahorrar tiempo, dinero y recursos.
  • Realizar evaluaciones regulares: Las evaluaciones regulares son una forma útil de detectar problemas antes de que se conviertan en una complicación importante. También muestran si las políticas y procedimientos actuales están funcionando correctamente.
  • Asegurarse de que el equipo esté actualizado: Para ser proactivo en la gestión de TI, el equipo debe estar actualizado. De esa manera, se pueden implementar nuevas tecnologías y mantenerse relevante en su sector.
  • Gestionar los riesgos de forma adecuada: La gestión proactiva implica anticipar problemas y minimizar los riesgos. Es importante tener un plan de contingencia en caso de emergencias y estar por delante de los problemas antes de que impacten el negocio.
  • Promover una cultura de innovación y mejora continua: La gestión proactiva de TI implica no solo solucionar problemas, sino también buscar nuevas formas de mejorar. Esto significa estar en la vanguardia de las tecnologías emergentes y trabajar en colaboración con otros departamentos para mejorar la experiencia del usuario y el rendimiento empresarial en general.
  • Implementa soluciones automatizadas: Implementa soluciones automatizadas de gestión TI, como el uso de chatbots para el soporte al usuario, la automatización de procesos y la gestión de actualizaciones y parches. Estas soluciones ayudan a mejorar la eficiencia y efectividad de la gestión TI.

Al poner en práctica estas recomendaciones, podrán tener una gestión de TI más proactiva en lugar de reactiva. Cabe recalcar que existen más recomendaciones que favorecen a este cambio en la forma de gestión de TI en las empresas. En icorp podemos ayudarte con este cambio y asesorarte para mejorar tu gestión de TI. ¡Contáctanos!

Alejandro Gomez Covarrubias

Coordinador de soporte en sitio en icorp, con interés por las nuevas tecnologías, gusto por el aprendizaje autodidacta y el análisis de procesos. Me gusta el cine, el deporte y compartir tiempo con mi familia.