Barreras lingüísticas en las empresas: ¿cómo superarlas?
¿Te has puesto alguna vez a pensar qué se sentiría llegar a un lugar donde no conoces a nadie y la forma en que te comunicas es desconocida? Debes lograr un objetivo, pero hay una barrera que se interpone. En este artículo, hablaremos de las barreras lingüísticas en las empresas.
Una definición sencilla de lingüística es: “Ciencia que estudia el lenguaje humano y las lenguas”. Cuando hacemos referencia a las barreras lingüísticas, hablamos de todos aquellos obstáculos que pueden presentarse durante el proceso de comunicación. Para que el emisor logre transmitir su mensaje al receptor, deberán eliminarse estas barreras.
¿Qué tipo de dificultades se pueden presentar cuando hablamos del ámbito empresarial? Barreras por el idioma, tecnicismos, diferencias culturales, interferencias externas (ruido) e internas (falta de atención, desconocimiento, características de la personalidad), entre otras. Para lograr el objetivo de comunicar, debemos identificar aquellas que nos afectan constantemente.
Si se tratan de barreras externas, tenemos que buscar la manera de mitigar su efecto negativo. Aquí algunos consejos para lidiar con cada una:
- Ruido: estar en lugares con cierto nivel de aislamiento para recibir el mensaje claramente.
- Idioma: adquirir la habilidad de la lengua en cuestión o buscar la manera de interpretarla para poder comunicarse.
- Tecnicismos: conocer con anticipación el tema que se va a tratar te permite estar más receptivo. Si no comprendes algunos términos, pregunta durante la sesión. Es mejor clarificar un concepto que tomar acciones equivocadas. Los participantes sentirán que no solo estás ahí, sino que te involucras.
- Cultura: el respeto hacia otras amplía tu alcance. Utiliza las expresiones y términos que el emisor ocupa. Esto te colocará en sintonía para abrir las puertas a la comunicación (“A la tierra que fueres, haz lo que vieres”). Si sientes que es oportuno, demuestra interés por las diferentes culturas que te rodean para generar un ambiente agradable de convivencia.
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Y si las barreras son internas, entonces está todo de tu lado:
- Falta de atención: el concepto de multitasking nos engaña; en realidad, no podemos hacer varias cosas simultáneamente, pero sí podemos cambiar muy rápido entre una actividad y otra pareciendo que las hacemos al mismo tiempo. Ejecutar más de una tarea a la vez demanda muchos recursos, y eso a la larga hace que restemos atención a las actividades que más la necesitan. Genera hábitos positivos dedicando tus recursos personales a una actividad a la vez. Esto te evitará retrabajo y generará una imagen profesional adecuada.
- Desconocimiento: si vas a tener una sesión en la que el tema no te es familiar, dedica un tiempo a investigar qué tipo de contenido se revisará en la reunión. Generar el mindset adecuado te permite estar más receptivo y concentrado para emitir puntos de vista adecuados.
- Características de la personalidad: podríamos enumerar varios aspectos personales que pueden interferir en la comunicación; sin embargo, solo mencionaremos algunos:
- Ser introvertido te llevará a evitar preguntar si tienes dudas o a expresar tu opinión si no estás de acuerdo con algo. Asentir siempre sin tener un punto de vista generará dudas en tus interlocutores: “¿Habrá entendido?”.
- La no asertividad se manifiesta en las personas que no admiten otros puntos de vista y que buscan imponer el propio ante todo. ¿Te viene a la mente la imagen de una persona con la que debes tratar y que simplemente no te deja hablar? Aunque sea en el mismo idioma.
- Desorganizado. Se vuelve más evidente cuando se maneja mucha información de temas diversos. La comunicación fluye tan rápido en diferentes sentidos que debemos diseñar un sistema de organización efectivo que nos permita almacenar la información que vamos recopilando, para luego recuperarla cuando sea necesario. Te recomiendo estudiar y poner en práctica GTD (Getting Things Done), el método de productividad de David Allen. Haz tuyos los conceptos y genera un procedimiento propio.
- Ser introvertido te llevará a evitar preguntar si tienes dudas o a expresar tu opinión si no estás de acuerdo con algo. Asentir siempre sin tener un punto de vista generará dudas en tus interlocutores: “¿Habrá entendido?”.
Por último, si detectas que cometiste un error al comunicar un mensaje, aquí van las tres erres: regresa, reconoce y reformula. Después de todo, es de sabios cambiar de opinión.
Al final, todos somos seres humanos con necesidades similares, diferentes por fuera y por dentro, pero con la misma esencia. En estas épocas en las que el home office se ha vuelto la constante, podemos tener más interferencia al unir nuestro mundo laboral y personal en el mismo espacio físico. En las reuniones escuchamos la licuadora, el vendedor de la calle, el perro, el timbre que suena y los niños que juegan y siguen en su mundo ajenos a lo que pasa afuera. Inicialmente, parecía una falta de respeto que, durante una reunión, el participante presentara estos ruidos de fondo; pero luego aprendimos a sentirnos más cercanos y a trabajar con el mismo compromiso que en la oficina. ¡El objetivo es acabar con las barreras lingüísticas en las empresas!