Cómo la tecnología ha cambiado la forma en que consumimos música
Aunque es difícil medirlo algunas veces, el impacto que la tecnología tiene en nuestras vidas altera las actividades que realizamos constantemente. Una de las más importantes que se ha visto completamente alterada ha sido la de escuchar música, cambiando no sólo la forma de almacenarla y compartirla, sino la de consumirla; lo cual nos hace preguntarnos hacia dónde se dirige este cambio. Compartimos un breve repaso.
Mp3
A mediados de los noventa, cuando el formato de audio comprimido fue introducido, la forma de consumir música cambió sustancialmente, atrás quedaron los discos y cassettes, y gracias a la explosión de internet, el MP3 comenzó a convertirse en el formato estándar para escuchar música; el reproductor de Windows, Winamp, es prueba de ello.
Napster y el P2P
El servicio de archivos a través de redes peer-to-peer (P2P, por sus siglas en ingles), como el implementado por Napster, hizo posible compartir música de manera gratuita y sembró la semilla del futuro de las plataformas de intercambio de archivos y servicios basados en la nube.
El servicio de distribución de música creado por Sean Parker y Shawn Fanning llegó a tener más de 80 millones de usuarios en su mejor momento, permitiéndoles compartir sus colecciones de MP3; pero pronto llegó su fin cuando comenzó a recibir demandas de artistas y sellos discográficos por concepto de derechos de autor.
La revolución de Apple
El visionario de Apple, Steve Jobs, imaginó un futuro donde las personas pudieran adquirir y reproducir música a través de una aplicación de media library que se operara desde un reproductor portátil innovador como ningún otro, lo cual se hizo realidad con el lanzamiento del iPod e iTunes.
La capacidad del dispositivo para almacenar entre cinco mil y cuarenta mil canciones brindó la posibilidad de acceder a un catálogo enorme sin preocuparse nunca por intercambiar discos o memorias. Además de que, a través de iTunes, se permitió reproducir los archivos en diversos soportes más allá del iPod, como el iPhone, las MacBooks o las Mac de escritorio.
YouTube
Tras el cambio en las programaciones de los canales de música, donde se sustituyeron progresivamente la emisión de videos por televisión de realidad, la aparición de YouTube supuso una alternativa para visualizar ese contenido, al tiempo que sirvió de plataforma para que diversos músicos en ascenso se dieran a conocer. Hoy en día es una de las herramientas más utilizadas para escuchar música y no sólo para ver sus videos.
Streaming
Al día de hoy, los servicios de streaming on-demand parecen ser el futuro del consumo de música en internet. Ya no se trata de adquirirla, sino de acceder a ella como servicio. Programas como Spotify o Apple Music ofrecen acceso instantáneo a toda la discografía de un artista o a listas de éxito, junto a las listas de reproducción confeccionadas por los usuarios.
Además, los servicios de streaming eliminan la necesidad de adquirir y almacenar archivos de música, al tiempo que facilitan el flujo de contenidos entre dispositivos, y, como YouTube, ha servido para dar a conocer propuestas que de otro modo difícilmente serían compartidas.
Social Media
Como muchas otras actividades, hoy en día no sólo basta con escuchar música sino con compartirlo a través de redes sociales, además de que los nombres de las grandes industrias siguen siendo tendencia.
Donde sitios como MySpace fallaron al llevar el descubrimiento de música a su base de suscriptores, esfuerzos como el servicio #music de Twitter han esperado tener éxito a través de una colección de información de preferencias personales para recomendar selecciones musicales y facilitar la vida a los usuarios en los servicios de streaming.
¿Cuál será el futuro de la música a través de la tecnología?
Hoy en día el streaming parece ser el futuro para el consumo de música, pero es difícil determinar si esa tendencia continuará o, como la evolución tecnológica lo ha confirmado, los cambios se seguirán dando. Algunos consideran que el siguiente paso podría ser la generación de música de manera procedimental a partir del gusto de los usuarios.
Al parecer, todavía se trata no solo de escuchar la música que los usuarios eligen, sino de la experiencia de escuchar la del contexto que los rodea, por lo que reproductores de música como “zero-UI”, que utilizan una amplia gama de información como la localización, las publicaciones de redes sociales, el aumento de volumen o cambio de tracks, entre otras interacciones, para generar listas de reproducción orientadas podrían ser otra alternativa.
Por su parte, Spotify ha informado recientemente de su búsqueda por incorporar información del ritmo cardiaco, movimiento, temperatura o características del sueño para establecer patrones entre lo que los usuarios hacen mientras escuchan música con miras a generar recomendaciones orientadas.
Fuente: Complex