En la actualidad, el Internet de las Cosas (IoT) se ha convertido en parte de nuestras vidas, desde las bocinas inteligentes como Alexa y Google Assistant, hasta las llamadas ciudades inteligentes. Esta convergencia del mundo digital y físico es una de las tendencias fundamentales de tecnología que están transformando los negocios y la economía a nivel mundial, tanto a pequeña como a gran escala, desde hace años.

Y con el paso del tiempo, ese potencial económico solo continúa creciendo. En el 2015 el McKinsey Global Institute publicó un reporte de un estudio que realizaron sobre Iot para analizar justo este potencial basado en sus cientos de usos. Y en 2021 realizaron una actualización en donde calcularon cuánto de ese valor se ha capturado, cómo podría evolucionar el valor potencial de IoT en la próxima década y los factores que explican ambos, ahora que el mercado ha crecido de manera considerable, aunque no tan rápido como se preveía.

Los resultados muestran que el potencial económico que puede desencadenar Iot es enorme y continúa creciendo.

Estimaciones de IoT para 2030

• El potencial económico de IoT tendría un valor de $5,5 billones a $12,6 billones a nivel mundial, incluido el valor capturado por los consumidores y clientes de productos y servicios.

• El entorno de la fábrica (entornos de producción estandarizados en la fabricación, los hospitales y otras áreas) representará la mayor cantidad de valor económico potencial del IoT, alrededor del 26%. Podría generar alrededor de 1.4 a 3.3 trillones de dólares.

• El entorno de la salud humana tendrá el segundo lugar con el 10% al 14% del valor económico estimado de IoT.

• Las aplicaciones B2B son en donde se puede crear la mayor parte del valor de IoT, tendrán alrededor del 62% al 65% del valor potencial, lo que equivale a alrededor de 3.4 a 8.1 billones.

• El potencial de valor económico de IoT del mundo representará el 55% del total mundial. 

• Los clústeres de optimización de operaciones y productividad humana podrían comprender alrededor del 56% del valor económico de IoT.

• Los vehículos autónomos (que incluyen automatización de conducción parcial o autonomía de nivel dos y superior) constituyen el grupo de valor de IoT de más rápido crecimiento. Su tasa de crecimiento anual compuesto esperada en 2030 es del 37%.

• Se estima que el grupo de casos de uso de seguridad y protección en la configuración de vehículos contribuirá con alrededor de $130 mil millones a $140 mil millones al valor potencial de IoT. 

¿Qué cambió en relación al 2015?

El análisis e investigación comenzaron en 2020 y aunque el informe no se enfoca solo en el impacto de la pandemia, ese impacto actuó como catalizador del despliegue de soluciones de IoT en áreas específicas permitiendo un desarrollo más rápido y eficiente.

Además, este nuevo reporte de McKinsey muestra que los valores son más bajos que las estimaciones originales de 2015: alrededor de 2,8 billones a 6,3 billones en valor económico potencial de IoT en 2025, en comparación con alrededor de los 3.9 billones a 11.1 billones del trabajo que se estimaban en el 2015. Esto se debe a muchos factores, entre los que se encuentra la inflación.

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Factores que impulsan la aceleración, adopción e impacto de IoT

• Propuesta de valor percibida: Los clientes ven un valor real mucho más importante en la implementación de la IoT en comparación con 2015. 

• Tecnología: Para la gran mayoría de los casos de uso de IoT ya existe una tecnología asequible que permite la implementación a escala. El progreso en el hardware se ha visto acompañado por desarrollos significativos en análisis avanzados, inteligencia artificial y aprendizaje automático.

• Redes: Las redes le dan vida al IoT. Las 4G se han extendido ya por el mundo y las 5G se implementan rápidamente. Además, otros protocolos de red tienen una amplia gama de opciones de conectividad.

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Factores que frenan la adopción a escala y el impacto de IoT

• Gestión del cambio. Son necesarios muchos recursos para cambiar el comportamiento, sistemas y procesos de las personas, así como introducir una gestión de rendimiento.

• Interoperabilidad. El panorama de IoT contiene numerosos ecosistemas patentados de «jardín amurallado». Muchas empresas y organismos del sector público luchan por escalar sin un trabajo de TI significativo para superar las numerosas barreras del sistema.

• Instalación. La instalación puede traer una complejidad de tareas que agregan dificultad, tiempo y costo.

• Seguridad cibernética. El número creciente de puntos finales conectados ofrece puntos vulnerables en la seguridad. 

• Privacidad. Las empresas están lidiando con lo que los clientes están dispuestos a ceder a cambio de precios más bajos u ofertas especiales en un entorno minorista.

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¿Qué deben hacer las empresas?

El mercado de IoT está en constante crecimiento, incluso si no es tan elevado como se podía creer. Como McKinsey señala, no es por falta de confianza en la tecnología, sino tiene que ver con los factores que lo frenan. Sin embargo, no es insuperable y el abordar estos obstáculos y proveerlos desde antes de una actualización o implementación de IoT, es la clave.

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