Creando un buen entorno laboral: una responsabilidad compartida
Se dice que mantenerse ocupados y tener un trabajo nos trae paz y salud, pero ¿qué pasa si es todo lo contrario? ¿Cuántas veces te has preguntado si ese dolor de cabeza fue causado por demasiado estrés laboral? O, ¿te dio gastritis por un coraje en el trabajo?
No eres el único que lo piensa. Durante la búsqueda de empleo, ya no nos limitamos a evaluar el salario, puesto o si la empresa tiene buena reputación; ahora revisamos también las condiciones del lugar de trabajo, la cultura organizacional, y lo que la empresa puede aportarnos tanto en el plano personal como profesional.
Cada día aumentan las personas que dejan un empleo a causa del estrés, la depresión o problemas de salud. Ahora, más que nunca, estamos obligados a mejorar nuestro lugar de trabajo y preocuparnos por crear un buen entorno laboral, y esto no es solo responsabilidad de la empresa o jefe.
En México, a partir del 23 de octubre de 2019 entrará en vigor la NOM-035-STPS-2018, la cual permite identificar, analizar y prevenir factores de riesgo psicosocial, así como promover un buen entorno laboral en los centros de trabajo. ¿Y qué es lo que esto implica?
En un inicio, el concepto de factores de riesgo psicosocial puede resultar abrumador, pero es un tema que está siempre en los centros de trabajo, aunque no lo nombremos adecuadamente.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) definió los factores de riesgo psicosocial (peligros psicosociales) en 1984, en términos de “las interacciones entre el medio ambiente de trabajo, el contenido del trabajo, las condiciones de organización y las capacidades, las necesidades y la cultura del trabajador, y las consideraciones personales externas al trabajo que pueden, en función de las percepciones y la experiencia, tener influencia en la salud, rendimiento en el trabajo, y la satisfacción laboral”.
En otras palabras, los factores de riesgo psicosocial son el resultado de la interacción entre las condiciones de trabajo y las reacciones de los trabajadores.
Estos factores conducen directamente a los riesgos psicosociales, los cuales son situaciones, hechos o estados de la empresa que muy probablemente tendrán incidencia negativa en nuestra salud física y mental. Algunos de los principales riesgos psicosociales son:
- El estrés laboral y carga de trabajo excesiva.
- Una sobreexigencia psicológica: se tienen que tomar decisiones difíciles de forma urgente, en las que incluso se requiere esconder/ignorar sentimientos u opiniones personales.
- Liderazgo negativo y relaciones negativas dentro del trabajo
- Falta de apoyo: se trabaja sin el aliento de un superior, no hay compañerismo, o no se tienen las herramientas adecuadas.
- Inequidad entre el tiempo personal, laboral y familiar.
- Acoso laboral, psicológico o sexual
- Inseguridad contractual: existe una incertidumbre en el futuro del trabajo o seguridad.
Todo esto puede causar problemas diversos como enfermedades cardiovasculares, digestivas, trastornos musculoesqueléticos, agotamiento, depresión, ansiedad, e incluso el suicidio.
Quizá en este momento ya has hecho un análisis de tu lugar de trabajo y de tu estado de ánimo, y te preguntarás: ¿qué está haciendo mi empresa para mejorarlo? Es muy probable que en tu lugar de trabajo ya se estén tomando medidas para mejorar y disminuir los riesgos. Crear un buen entorno laboral que no solamente beneficie la salud física y mental del personal, sino que también se traduzca en una mayor productividad, disminuirá la rotación y aumentará el compromiso de los colaboradores.
Pero, además de esto, debemos preguntarnos: ¿qué estoy haciendo para mejorar? Recordemos que una parte importante de estos factores de riesgo son producto directo de las interacciones humanas.
Así que, adicionalmente a exigir un trato digno y situaciones favorables en nuestra empresa, también debemos preguntarnos: ¿ qué estoy haciendo para mejorar o perjudicar mi lugar de trabajo?
Pareciera muy complicado cambiar la forma de pensar de todos, pero podemos comenzar revisando cómo nos relacionamos con el otro y predicar con el ejemplo, contagiando las buenas prácticas y buscando siempre:
- Respetar y tratar al otro como te gustaría que te trataran.
- Valorar y respetar el trabajo del otro.
- «Por favor» y «gracias» son palabras mágicas que te abrirán las puertas y harán más fácil tu trabajo.
- Somos parte de un mismo proyecto, por lo que debemos apoyarnos unos a otros.
- Evitar cosas como la violencia, faltar al respeto, y ridiculizar o denigrar al otro.
- Denunciar las situaciones negativas.
Finalmente, es muy importante mantener siempre los ojos abiertos a lo que sucede a nuestro alrededor; la empresa termina siendo nuestra segunda familia, y puede ser que alguien nos necesite.
Una compañía por sí sola no crea un bueno o mal ambiente de trabajo, lo creamos todos los que la formamos; por lo tanto, todos somos responsables. Así que es tiempo de actuar y contribuir a un buen entorno laboral.