Cómo adaptar el Home Office en empresas de TI
En la industria de TI, no es novedad que las empresas utilicen esquemas de Home Office como una forma de “cautivar” a su personal, disminuir gastos y aumentar la productividad, principalmente en posiciones de desarrollo. Sin embargo, esto no significa que sea la solución o que pueda ser aplicable en todas las empresas o puestos. Existen varios factores a considerar y evaluar antes de considerar un esquema de este tipo.
Prepárate. ¿Qué se necesita?
- Evaluar si se tiene la infraestructura necesaria. Dependiendo del tipo de posición y actividades, se necesitarán distintos recursos como conectividad, servicios de almacenamiento en la nube, telefonía, videoconferencia, entre otros.
- ¿La posición lo permite? No se puede aplicar en todos los puestos. Algunos, por su naturaleza, requieren que sea forzosamente presencial. Incluso cuando son equipos de alto desempeño se tiene que incentivar las actividades colaborativas.
- Establece compromisos. Como todo, siempre debe existir un balance y determinadas reglas. Desde un inicio hay que establecer la forma en que se trabajará con el equipo. Los esquemas que más funcionan implican visitas regulares a oficina, entrega de avances o reuniones periódicas.
- Fija objetivos claros. No tener a la persona “físicamente” en la oficina podría dificultar la comunicación y, por ende, los objetivos de la posición. Es muy importante que se establezcan bien las metas y lo que se espera de cada uno.
- Cambio de paradigma. Para que este esquema funcione, se debe implementar por equipos maduros que confíen plenamente en sus colaboradores para no caer en la trampa de “estar monitoreando todo el día si alguien está conectado” y lograr que la persona se comprometa.
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Buscando el ganar – ganar. Los beneficios del Home Office
- Disminuir costos. Tanto para la empresa como para la persona existe una disminución de lo que se invierte en transporte, tiempo e infraestructura, sobre todo en grandes ciudades, donde los traslados suelen ser mayores a dos horas.
- Mayor productividad. Incentiva el trabajo. Las personas se enfocan en las tareas asignadas, evitan las interrupciones innecesarias y se motivan a trabajar mejor debido a esta flexibilidad.
- Trabajar con los mejores. Se rompen las barreras de la distancia y podrás trabajar con los mejores independientemente de su ubicación.
- Todos van a querer estar en tu empresa. Tener este tipo de esquema flexible te ayudará a tener una mejor “marca empleadora” y atraer a los candidatos más talentosos.
- Colaboradores felices. Habrá un mejor balance de su vida laboral y personal y se sentirá más comprometido y motivado.