Gestión del riesgo
La vida es incierta, por lo que el riesgo va a existir en cualquier actividad que realicemos. A este no le preocupa qué tan bien hayamos planeado, qué tan bien conozcamos la teoría de lo que estemos haciendo o que dominemos las previsiones futuras… Algo puede salir mal siempre y por eso tenemos que estar preparados para la gestión del riesgo de la mejor manera posible.
Lo primero que hay que saber es el significado de riesgo: cualquier modificación en el entorno que pueda tener influencia sobre el proyecto que se está desarrollando. Este cambio de circunstancias y necesidades de los clientes no necesariamente tiene por que ser un inconveniente para nuestro proyecto. Si estamos preparados para hacer frente a estos cambios, las consecuencias sobre el resultado serán mínimas e incluso se convertirán en oportunidades que podremos explotar.
Es por esto que debemos realizar una correcta planeación y reducir nuestra exposición a los riesgos, permitiéndonos abordarlos de una manera realista, ya que lo peor que se podría hacer es ignorar la existencia de estos en cualquier proyecto que iniciemos.
¿Cuáles son las principales fuentes de riesgo? Existen diferentes; sin embargo, las más comunes son las siguientes:
Riesgos del planteamiento del proyecto
¿Está claro cuál es el alcance del proyecto? ¿Se revisaron las expectativas y criterios de aceptación de los involucrados? ¿Hemos considerado a todos los afectados o beneficiados por el mismo? ¿Tenemos claro cuál es el objetivo del proyecto? ¿Trabajamos con objetivos claros SMART? Muchas veces se puede iniciar un proyecto sin plantearlo de manera correcta, lo que puede cerrarlo sin lograr la satisfacción de los interesados en el mismo. No considerar todos los aspectos involucrados en uno podría causar su fracaso.
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Riesgos relacionados con las restricciones del proyecto
Los recursos de los que se dispone para realizar un proyecto también experimentan modificaciones durante el transcurso de este. Aunque inicialmente el presupuesto sea de una determinada cantidad es posible que durante el desarrollo del mismo se presenten cambios, ya sea en el costo, tiempo, alcance o calidad esperada, por lo que es importante estar consciente de que si alguno de estos factores cambia, los otros lo harán con el y se deberán realizar las modificaciones correctas para dimensionar estos cambios y actuar en consecuencia.
Riesgos tecnológicos
Utilizar software u otras utilidades informáticas inadecuadas repercutirá en tu productividad, además de que se debe contar con el hardware correcto para el buen desempeño de las soluciones que quieras utilizar, lo que podría aumentar el costo del proyecto.
Una vez que conozcas las fuentes de las que puedan proceder los riesgos que se podrían presentar durante la ejecución de tu proyecto, te será más fácil identificarlos e incluirlos en tu planificación. Así podrás desarrollar planes para eliminarlos, transferirlos, mitigarlos o, si no queda otro remedio, aceptarlos, para, en caso de ser necesario, elaborar planes de contingencia.